Según recoge el escritor gastronómico Stanislao Porzio, autor del libro monográfico 'Il Panettone', cuenta la leyenda, que el panettone surgió por accidente en el siglo XV, cuando durante un almuerzo navideño en la mansión del duque milanés Ludovico el Moro, al cocinero se le quemó el postre en el horno.
Ante su desesperación, un joven ayudante de cocina llamado Toni, propone una solución. Esa misma mañana, había elaborado un pastel con las sobras que quedaban en la despensa, “si no tienes nada más, puedes llevarlo a la mesa”.
Al no ver otra solución posible, el cocinero accede. Lleva el pastel a la mesa y, temblando, observa la reacción de los comensales escondido tras una cortina. Para su sorpresa, todos comen con gran disfrute el pan dulce, relleno de mantequilla y frutas confitadas.
El Duque desea saber el nombre de tal manjar, que ha dejado embelesados a sus invitados. El ayudante, Toni, aparece en escena y confiesa que el postre no tiene nombre. Entonces, Ludovico El Moro sentencia “este es el pan de Toni”, lo que derivó en la abreviación «panettone».
A pesar de ser la historia más popular acerca de la creación del dulce navideño, Porzio reconoce que «esta teoría no tiene ningún rigor histórico», y que el término «panettone» aparece por primera vez en el Diccionario de vocabulario milanés-italiano, escrito por Francesco Cherubini en 1814.